Tras, tras, tras, suena la puerta. Sophie se sobresalta y camina hacia la vieja puerta de madera.
-¿Quién?
-Yo, el Mocos.
-¿Qué pedo?
-Tengo que hablar contigo, me manda el Charro.
Sophie abre la puerta y ve al Mocos con sus 1.50 metros de estatura y su piel color chocolate.
-Suelta, pues.
-Gringa, dice el Charro que mañana tienes que cruzar personalmente a unos pollos al gabacho.
-Motherfucker. Él sabe que yo no puedo cruzar, pendejo. ¿Cuántos son?
-Son tres que vienen de allá del sur. Le pagarán bien y no quiere pérdidas.
-¿Donde está el Charro?
-Con el Nando.
-Dile que en un rato voy para allá.
Sophie hace el amago de cerrar la puerta, pero el Mocos sigue clavado ahí.
-Sofis, no tendrás un churrito pa´ matarme el hambre.
-Damn; espérate. Pero le avisas, Mocos, ¿ok?
Sophie sabe que no puede negarse a ninguna petición del Charro; tan fácil como que éste marque un número y la localizan. Pero este encargo es más de lo que siempre le ha conferido. Es una moneda al aire cruzar a Estados Unidos con pollos y una orden de aprehensión pendiente por asesinato.
Poco recordaba del día en que dio muerte a su abuela y los motivos aún le resultaban confusos. Pero tiene la habilidad de borrar rápidamente de su memoria todo aquello que quiera, enterrándolo en su conciencia con más de cien piedras encima. Otros simplemente se lo adjudican a la cantidad de droga que Sophie ha consumido desde los 12 años.
Busca la cantimplora, cerciorándose de que esté llena, se acomoda un pequeño puñal que carga para protección y enciende un cigarrillo.
-¡Santa, Santa! Fuck.
Sale a la calle con pasos rápidos, dirigiéndose a dos cuadras de su vecindad. Ahí está “El Chumba” con su luz roja inundando todo el lugar y liberándolo a duras penas de una viscosa penumbra. Ve al Charro de lejos, sentado a la barra con una cerveza en la mano y jugando con una puta con la otra.
-Charro, ¿que me buscas?
-Mi gringuita, ya te dijo el Mocos, ¿no? Necesito a alguien de confianza y esa eres tú, güerita. A ver tú, pendeja, bótate a la chingada de aquí -ordena el Charro. La morena obesa se larga con una mueca de coraje y balbuceando unas cuantas malas palabras.
-Te decía, güera, que necesito que pases a tres cabrones que vienen de Chile. Sabes dónde está eso, ¿verdad? Pues te digo que estos batos traen un contacto de un güey de allá que dicen que está pesado para unas mamadas de mucho dinero. ¿Ves güerita? Te mando puro VIP.
El Charro suelta una carcajada más que fingida, que hace que Sophie sienta escalofríos. Uno de ésos que tanto teme.
-Y dime pues, cómo va estar todo.
-Calmada, güera. Esto es lo que vas a hacer, preciosa: ya te tengo el carrito listo del año, eh, ¿qué tal? Los cabrones se están quedando en el hotel La Guadalupana, a cuadras de aquí. Tú nena, te dejarás de inyectar tus pendejadas. Esta semana te quiero lúcida, alerta. Toma estos quinientos pesitos. Córtate esas greñitas de mariguana que traes, vete al tianguis y cómprate unos trapitos decentes, de manga larga, que te tapen todo el rayadero de los brazos y cuello. Que te veas decente, ¿ves? Como toda una U.S. citizen.
Sophie saca la cantimplora de entre el pliegue del pantalón y sus nalgas. Temblorosa, empina un trago y pasa el trago de mezcal como si fuera una enorme bola de pelos. Luego limpia las sobras de su boca con la manga de la sudadera. Tengo que hacerlo, se dice a sí misma.
-¿Y de a cómo, Charro?
La mirada del Charro se torna dura, asesina, cual pistola. En un movimiento rápido toma a Sophie de su mandíbula, apretando tan duro como queriendo reventar una nuez enorme.
-Mira pinche gringa, si yo quisiera que me lo hicieras gratis, te lo diría. Me debes la vida, grandísima hija de puta. Te daré tu dinero, así que no la hagas de pedo.
Sophie siente la muerte en el aliento fétido del Charro. Al unísono, la rockola se queda en silencio y los clientes rechiflan.
¡Cácaros!, ¡pónganle moneditas, pendejos! ¡Pinches piojos!
Un hombre de buena facha se acerca y coloca unas monedas. La música regresa.
-Está bien, Charro. Cuándo y dónde.
-Mañana te mando al Mocos con la información, güera.
Es el día indicado. Hay noche despejada y Sophie huele una lluvia próxima a llegar. Sintoniza el radio. Buenas noches, este es el reporte de las 10:15 pm. San Ysidro reporta 120 autos por fila con 20 puertas abiertas; 20 peatones. Otay, el cruze es inmediato. Otro reporte dentro de quince minutos.
Sophie tiembla por la falta de drogas o por los nervios; da igual. Tiembla hasta el último vello de su cuerpo. Está irreconocible, espléndida, vestida con un pantalón negro, botas altas y blusa negra de cuello de tortuga. Cabello recogido. Que me cortara la greña, pinche Charro pendejo, piensa. Sigue ella.
Pinche migra, le está revisando hasta los calzones a este pendejo; ya me chingué, piensa otra vez. Traga saliva. El migra manda a inspección secundaria al auto de enfrente. Fuck! Fuck! Los tres hombres acomodados estratégicamente en la parte trasera de la mini-van emiten un ruido. Shut the fuck off!, dice entre dientes. Su turno.
Sophie suda por todos los poros.
-Hi!- dice el migra, que clava la vista en los ojos azules de Sophie.
-Hi! US Citizen.
-Where are you going?
-To my house here in San Ysidro.
-San Ysidro! I live there too.
-Really? That’s nice.
-Well, hope you have a good night, and I expect to see you soon!
- Sure, why not!
Definitivamente han sido los dos minutos mas largos de su vida. Marca un número de celular.
-Todo salió bien.
Sophie rompe en llanto.
—Luxia López
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12 Comments:
ESTO ESTA CADA VEZ MAS INTERESANTE....Y EFECTIVAMENTE ASI ES LA VIDA Y MAS EN UNA CD. DE LA FRONTERA.....SALUDOS
Yeah, estimada Luxía y compañera de letras y vicios. Tus relatos dan un realismo muy chido y muy genuino a la novela. Y nuevamente un chiflido y un piropo a la Sophie, qué guapa ella!!
Bien, muy bien Sophie, pero mejor aun Luxia...
not so anonymous anymore.
Awesome. ayer me refine el 4,5,6 de un jalon, y lo mejor: esta funcionando MUY BIEN. Felicitaciones al threesome literato.
I love that bad mother fucker girl... although, she should shot against the green ones.. (Lux, it's done as I told u before)
cool, cool, me cae bien la pinche gringa, Felicidades amiguis, te quedo con madre, Saludos!
Gata#1
Derrepente me recuerda el libro de La Reina del Sur, por lo conmadre de la trama. Saludos, por aquí ando aunque ande de desaparecido jejeje. Bye.
jajajjja
y cuales son los 3 gueys k vienen de Chile .....
Y esa mujer de metro 50 me dio tristeza , con su piel morena pffff!!! no la dejaste buena para nada (tendra los codos suaves)
Y esa es el gran tema eso de t5ener a los gringos plasticos al lado debe ser un karma.
Salu2
Gracias a todos los que se toman el tiempo de visitar este nuestroproyecto. Un saludo a todos! No olviden pasar de vez en cuando a visitarnos.
Saludos
Mmm, no sé, como que esta muy forzada la agresividad de el relato y de repente todo ese rollo estereotipado de la migra, los pollos, los sobrenombres barriobajeros, como que llega a tornarse muy inverosimil y pretencioso.
Pero el oficio narrativo, ahí está, que duda cabe.
Saludos.
Bonitos pies!
A esa chica de piel oscura la maltratan más de la cuenta. Pero es raro, porque me gustó que así sucediera.
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